Controlará las inversiones para evitar que Pekín tome las
riendas de sectores clave
La detención de la heredera del imperio Huawei, Meng
Wanzhou, por parte de las autoridades canadienses ha reavivado nuevas tensiones
políticas y comerciales en el mundo. El enfrentamiento abierto entre Estados
Unidos y China no tiene que ver exclusivamente con las razones de su arresto,
vinculado supuestamente al quebrantamiento de las sanciones impuestas por la
Administración estadounidense a Irán. Desde que Donald Trump aterrizó en la
Casa Blanca, las relaciones de su país con el gigante asiático fueron derivando
el estallido de una guerra comercial cuya tregua podría quebrarse.
Washington no se fía de Pekín por las prácticas de
espionaje industrial y estatal que perpetran sus empresas. Tampoco lo hace la
Unión Europea. El comisario de Mercado Único Digital, Andrus Ansip, admitió
ayer que Bruselas tiene sus ojos puestos en las tecnológicas chinas como
Huawei. «Creo que deberíamos estar preocupados, por supuesto», sostuvo el
estonio, quien les acusó de espiar los terminales de sus clientes para informar
a los servicios secretos chinos.
«Debemos tener miedo», sentenció el vicepresidente de la
Comisión Europea El vicepresidente de la Comisión Europea explicó que estas
empresas tienen la obligación de instalar en sus móviles backdoors, unos
sistemas maliciosos que permiten acceder al teléfono de cualquier usuario y
utilizarlo sin su consentimiento. «Esto trata también de los chips que ponen en
cualquier lugar para conseguir acceder a nuestros secretos. No es una buena
señal cuando las compañías tienen abiertos sus sistemas a los servicios
secretos», insistió el estonio. «Tenemos que tener miedo», recalcó Huawei
manifestó ayer su «sorpresa y decepción» por las acusaciones vertidas desde
Bruselas. «Rechazamos categóricamente cualquier sugerencia de que podríamos ser
una amenaza para la seguridad (...) Somos parte de la solución, no del
problema. Ningún Gobierno nos ha pedido nunca construir backdoors o interrumpir
cualquier red y nunca toleraríamos semejante comportamiento de nuestro
personal», aseguró ayer la compañía en un comunicado.
Medidas de freno
Las alarmas sobre el ciberespionaje masivo de China no
son nuevas. Los Gobiernos europeos temen que la irrupción de las tecnológicas
asiáticas en el Viejo Continente permita a Pekín hacerse con el control de
sectores e infraestructuras estratégicas para la UE como la salud, aeronáutica,
medios de comunicación o tecnología. Los recelos no son infundados. Las inversiones
de compañías controladas por el Estado chino en la UE aumentaron de los 6.000
millones de euros en el 2015 a los 37.000 en el 2016. Unos movimientos
encaminados a hacerse con el control de servicios clave para la población. Los
Gobiernos quieren poner coto a la expansión salvaje china en el continente.
Siguiendo la estela de países como Australia, Nueva Zelanda y Japón, algunas
cancillerías europeas sopesan restringir la entrada de inversores chinos para
el desarrollo de las redes 5G en los próximos años. La UE quiere un movimiento
coordinado para evitar que Pekín tome el control de las empresas europeas o se
haga con la totalidad del mercado. Así lo pidieron por carta Alemania, Italia y
Francia en febrero del 2017. Hace solo tres días, los Veintiocho aceptaron
legislar para poner en marcha un «escáner» europeo que chequeará las
inversiones extranjeras directas antes de darles luz verde. Algunos países como
el Reino Unido, España, Alemania y Francia ya se han adelantado.
EE.UU. reclama la extradicción de Meng Wanzhou por
«fraude»
La Fiscalía de EE.UU. reclama a la directora financiera
de Huawei, Meng Wanzhou, por cargos de fraude por intentar burlar las sanciones
impuestas contra Irán a través de la subsidiaria Skycom, una compañía que la
tecnológica china asegura que es independiente. El detalle de la acusación se
conoció en la audiencia judicial que tuvo lugar ayer en el Tribunal Supremo de
la Columbia Británica, en Vancouver (Canadá) para decidir sobre su extradición.
En medio de una gran expectación mediática, la hija del fundador de Huawei
llegó junto con dos abogados y un intérprete.
Durante la vista, se conoció que Meng se dirigía a México
cuando fue arrestada en Vancouver el 1 de diciembre a petición de las
autoridades estadounidenses. También que los ejecutivos de la multinacional
china dejaron de viajar a EE.UU. a partir de marzo del 2017, después de que un
gran jurado emitiese una citación judicial a la compañía. La Fiscalía
canadiense también destacó que, a pesar de que Meng tiene un hijo estudiando en
Boston (Massachusetts), la ejecutiva china también dejó de viajar al país
vecino.
En medio del fuego cruzado entre Pekín y Washington,
Canadá intenta no enfurecer al gigante asiático. Así, su primer ministro,
Justin Trudeau, intentó desligar a su Gobierno del creciente conflicto y
reafirmar la independencia del sistema judicial canadiense. Pese a la tormenta,
a Donald Trump no se le ocurrió más que decir en un breve tuit matinal que las
negociaciones encaminadas a desactivar la disputa comercial con China «van muy
bien».
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